martes, 16 de diciembre de 2008

Matando el Mártir

Para que exista un mártir, debe existir un asesino, Un autor material del hecho. Pero que pasa cuando la agonía de la imagen es eterna. La imagen al igual que su protagonista esta en constante éxtasis, ¿sufre por una causa? o ¿sufre por gusto?

Quién es el mártir o quien es éste mártir: Es un exhibicionista que se complace al pretender firmeza y negar el dolor que se desvía junto con su mirada. En este momento es importante la imagen, la utilización del personaje, el subtexto, lo que no se evidencia a simple vista, el color de su piel, su peinado y su mirada. Pequeños detalles. Gran cantidad de información para codificar y digerir, así son realmente las fotografías de Marcos López, básicas pero cruelmente indescifrables si se les da la gana.

La decisión de tomar esta imagen en particular para hablar brevemente de ella y del interés de este autor hacia las mismas, se basa nuevamente en su experiencia personal. Fue la primera fotografía que él conoció sobre Marcos López, en una muestra colectiva en el Centro de la Imagen de Ciudad de México. En este momento no recuerda si correspondía a un afiche o si era directamente la fotografía; lo que nunca podrá olvidar es el impacto que le causo, en definitiva este primer encuentro, y ahora el reencuentro, han promovido reflexiones interesantes al respecto sobre el accionar estético de este autor frente a artistas filiales locales.

Este proceso no es simplemente la sumatoria de un sinnúmero de piezas, existe mucho de accidentalidad en él, pero al final hay una conciencia de que nada es fortuito. Generalmente el autor siempre está a la caza de darle peso a una de sus ideas, de encontrarle la cuna a sus imágenes y en este momento el rompecabezas empieza ha tener sentido.

Para reiterar el acercamiento a la obra de Marcos López, dentro de las series fotográficas realizadas durante este proyecto se construyó una imagen que deseaba entablar un dialogo y homenaje a la obra del fotógrafo argentino. En ella está incluido el Milton del Virresches, Esta imagen, resultado de un domingo en la tarde, consta de de una sub-serie de dos imágenes preseleccionadas de un conjunto más grande. Al construir las fotografías se pretendió que ellas funcionaran como obra autónoma, pero al tiempo, aquel que fuese conocedor del tema o de la obra de Marcos López, al ver la imagen y el titulo, pudiese realizar un paralelo entre las dos. Así nacieron las imágenes tituladas: Autor Material, Asesinando al Mártir.

En estas fotografías el autor sitúa al Milton frente a la Cámara, le pone en sus manos una gran arma blanca, y desea dejar abierta la posibilidad de ser el victimario de este mártir. Sin duda dentro del imaginario popular urbano de nuestras ciudades siempre esta muy presente la víctima, el mártir, todo aquel que ha sido sacrificado por una causa noble que ha engrandecido el espíritu y que alimenta el imaginario de las personas, pero en esta ocasión el Milton pasa de ser héroe a ser un villano, aparente autor material de un crimen. De nuevo se juega con el supuesto si se tiene en cuenta que el cuchillo que sostiene el personaje no corresponde al que tiene clavado en el pecho el mártir de Marcos López, pero al igual que en nuestras calles nada es lo que en realidad parece o debe ser.

Las fotografías están construidas de forma básica, en ellas se utilizan los dispositivos UNO y DOS, haciendo gala de una calidad técnica menor pero en búsqueda de resultados plásticos más profundos. Adicionalmente en ellas se empezó a explorar el modo pictórico que puede llegar a estar implícito en este tipo de fotografías.

Las dos fotografías seleccionadas como homenaje (Ver imágenes 06 y 07), se pensaron para ser ubicadas espacialmente al lado izquierdo de la obra de Marcos López; en un breve delirio el autor visualizo como una podría llegar a funcionar en determinado momento al lado de la otra, sin perder en ningún momento su individualidad: Seria algo así como un segmento complementario de lo que anteriormente se ha llamado la pieza de un rompecabezas más amplio. El autor intenta completar o darle fin a un micro relato que se encuentra abierto a múltiples lecturas y que se semeja a las intrincadas historias sobre los personajes que han construido nuestra identidad.

Sin querer ser irrespetuoso, la imagen final es, o busca ser, un complemento lúdico abierto a más lecturas y posibilidades; nuevamente se juega con el supuesto y con la intención de abrir el abanico de posibilidades al lector de la imagen.

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