martes, 16 de diciembre de 2008

EL MILTON DEL VIRRESCHES Y SU ACCIONAR ESTÉTICO
Hibridaciones Visuales

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INTRODUCCIÓN

Al salir del metro, frente a la avenida Lázaro Cárdenas, estación Salto del Agua en ciudad de México, el autor inicia un largo recorrido hacia el sur de su identidad como latinoamericano. Es el recorrido que le traslada hasta la Carrera Séptima en pleno centro de Bogotá, y como si esto fuera poco en la brevedad de un suspiro, ahora se encuentra en la avenida Rivadavia con Junín, esquina de la siempre despierta Buenos Aires. Tres lugares con puntos en común, imágenes semejantes y espíritus diferentes.

Un evidente gusto por el concepto camp y por imágenes fotográficas precarias en calidad técnica alimentan este proceso. Él, como personaje, como mestizo visual, como resultado de un largo camino plástico, colmado de aciertos, desaciertos y de apropiaciones visuales, plantea un juego peligroso que va más allá del autorretrato. Estar dentro y fuera de la cámara, le permitirá evolucionar de ser el ojo que juzga a ser la imagen juzgada. El entorno es el escenario, los otros son la excusa perfecta para que el autor se sumerja como personaje bizarro resultado de la hibridación imperante en estas ciudades.

La investigación se fijará en un número reducido de autores que tocan temas puntuales. Textos, artículos o entrevistas que aluden directamente el tema del mestizaje visual, la hibridación visual, el concepto camp y la fotografía contemporánea latinoamericana; procurando encontrar en estos un hábitat propicio, un mestizo teórico-práctico, donde la imagen planteada se pueda mover libremente.

En estas calles, con destino siempre al sur, donde todo pasa rápido, mezclándose muy fácilmente, las personas rotan, los espacios cambian y con estos las miradas del entorno evolucionan. En la búsqueda de estas miradas con un personaje imaginado como protagonista y con la cámara fotográfica como dispositivo plástico, se pretende iniciar una expedición auto-guiada por algunos de los rincones visuales en los cuales se inicia el mestizaje visual de nuestra América Latina.

ESTADO EN CUESTIÓN

Este proyecto está dedicado a entablar un diálogo auto-referencial con el entorno, sobre inquietudes estéticas e interrogantes plásticos que le interesan al autor con respecto al fenómeno de la hibridación visual. Es un primer acercamiento a filiales teóricas e inscripciones plásticas cercanas. Autores como: Umberto Eco, Néstor García Canclini, Dominique Baqué, Thomas Angermeier, y Marcos López, en lo fotográfico, buscan darle cuerpo a las ideas del autor sobre su posición como artista latinoamericano interesado en los fenómenos de la imagen y su evolución.

La selección de este número de autores puntuales, tanto en lo práctico como en lo teórico, es debido primordialmente por considerar que en sus palabras e imágenes se encuentran condiciones básicas que demarcan las inquietudes de este accionar plástico.

Si bien existen múltiples estudios sobre los fenómenos de la imagen e identidad latinoamericana, textos sobre la hibridación visual, sobre el concepto camp e infinidad de ensayos fotográficos al respecto, generalmente el análisis de la imagen corresponde al teórico y el ensayo fotográfico solo al fotógrafo. Es así que en este proyecto se procurará hacer un poco de las dos, sin dejar nunca de ser el creador de la imagen, el autor dará un primer paso para tratar de responderse formalmente la existencia de su accionar estético.

OBJETIVOS-SUBJETIVOS

Exponer la relevancia de la hibridación plástica y visual dentro de la cultura popular urbana del continente. Para ello se busca construir un discurso plástico propio en donde se expongan las relaciones directas, similitudes visuales y filiaciones teóricas, sobre convergentes fenómenos estéticos en la aplicación y el tratamiento de la imagen.

Se ejecutarán varias series fotográficas en diversos espacios de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en donde se perciben los intereses estéticos y exploraciones plásticas del autor frente al tema del mestizaje visual. Estas series de imágenes se dividirán en varias sub-series, que entablarán diálogos auto-referenciales con el entorno. El resultado final será una propuesta artística combinada, que pueda ser exhibida en espacios museográficos convencionales o no convencionales y espacios urbanos alternativos.
Resultados esperados

Por medio de la lúdica visual y la reutilización de imágenes comunes a cada uno de los centros urbanos visitados (Buenos Aires, Bogotá y Ciudad de México D.F) se busca crear un lenguaje plástico propio, con el cual el autor pueda comunicar sus inquietudes artísticas sobre el fenómeno del mestizaje visual.

Construir un conjunto de ideas e imágenes que permitirán obtener un resultado interesante, matizado desde lo personal a lo colectivo y de lo colectivo a lo personal, estableciendo filiaciones en cuanto a discurso, técnica y transformación de la imagen, frente a artistas locales existentes.

Este proyecto busca cerrar un ciclo e iniciar otro, en donde posiblemente el autor se exponga físicamente más; esto con el fin de hablar profundamente de sus necesidades estéticas y personales frente al espacio: la ciudad y la gran Latinoamérica que tanto le inquieta plásticamente.

EL MÉTODO

Se hará uso de diferentes aproximaciones metodológicas inspiradas en diálogos con autores que escriben sobre el tema, generando breves textos que reflexionan al respecto y que puedan desembocar en un discurso personal del autor. Este accionar estético crea un personaje hibrido: El Milton del Virresches, un ciudadano mestizo que aparece y desaparece lúdicamente, queriendo encontrar las constantes que se pueden evidenciar en nuestras ciudades.

En ese caso el método será siempre una reflexión teórico-plástica, con breves análisis, que le den peso a la imagen y la sitúen de forma viable en el tiempo y el espacio. Estos textos tienen un carácter totalmente personal pero dejan entrever el interés formal de los mismos.

Por medio del uso de una máscara como dispositivo plástico, el autor puede insertarse en su trabajo y al tiempo dar testimonio del camino transitado. A través de múltiples autorretratos, se realizarán series fotográficas con el propósito de acentuar precariedad, buscar riqueza plástica, para encontrar imágenes técnicamente acordes al ruidoso espíritu de las ciudades de donde son tomadas.

Las fotografías se plantearán con criterios claros enmarcados en un ejercicio plástico multidisciplinario, que integra conocimientos adquiridos en las diferentes materias y seminarios cursados en el postgrado Medios y Tecnologías para la Producción Pictórica.

Se seleccionará una de las imágenes en la cual se expongan todos los criterios del proyecto, tanto teóricos como prácticos y con esa fotografía elegida, se realizará un volante tipo publicitario para repartir manualmente en diversos espacios de la ciudad de Buenos Aires, buscando con esta acción plástica, retroalimentar la calle con la imagen obtenidas del proyecto.

EL NACIMIENTO, INICIOS PLÁSTICOS

El Milton del Milton del Virresches

"Siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo [1]

El origen del proyecto se basa en un interrogante del autor acerca de la identidad latinoamericana: de su identidad como latinoamericano en constante evolución, de los inminentes cambios que ella se permite, de sus permanentes mutaciones y de aquello que conocedores e investigadores del tema, han llamado “hibridaciones visuales”.

Además de cuestionarse al respecto, también busca sumergirse en ellas: él se hace parte de la situación, mestizándose con elementos y espacios habituales que le interrogan pero que también le pueden dar respuestas. Este accionar estético crea un personaje hibrido: El Milton del Virresches, un ciudadano mestizo que aparece y desaparece lúdicamente, queriendo encontrar las constantes que se pueden evidenciar en nuestras ciudades.

El autor nunca se ha considerado una persona habilidosa a la hora de contar historias, quizá por eso, ahora que llegó el tiempo de hablar de él jugará a ser otro, deseando que el protagonista de ésta fábula plástico visual sea un héroe decadente que nunca tendrá dentro de él, pero que sin duda es parte de su corta historia.

Durante su estadía en el hotel Virreyes: Izazága # 8 y Eje Central Lázaro Cárdenas en la ciudad de México, lugar que siempre lleva en su memoria, un grupo de sus conocidos, como era costumbre un sábado en la tarde, se disponían a juntar monedas para comprar las cervezas de rigor. Era verano, la tarde era joven y hacia calor.
Para ver opcionalmente los espacios físicos del hotel Virreyes:

http://es.youtube.com/watch?v=U3Hxxr4SxgY
http://es.youtube.com/watch?v=VHBKPU9a6MY
http://es.youtube.com/watch?v=q9SZzNPp_Js&feature=related
http://www.hostalvirreyes.com.mx/navegarEsp/index_hostal.html

[1] Shakira. “Inevitable”. Canción del Album: Donde están los ladrones? Sony BMG Music Entertainment. 1998.
Video en Internet: http://es.youtube.com/watch?v=SN-GN2l-nLk
Desde algunos días atrás tenía en la cabeza que deseaba comprar una máscara de lucha libre, sin duda en ese momento le interesaba más el objeto que su carga simbólica. Al ver que uno de los jóvenes que departía en el bar del hotel tenía una, decidió probársela, por si estaba a su medida, dicho y hecho, le quedó y desde ese momento se la quedó.

Al final además de no regresar la máscara a su dueño, tampoco la pagó. Si bien no fue una epifanía o un meteorito que cayó desde una galaxia muy cercana, la máscara comprada en una de esas esquinas de ciudad de México y afanada, en excusa de una producción plástica, poseía un extraño poder: El de transformarlo en otro, en “El Milton del Virreyes”, así le bautizó Karina Murillo (una de sus amigas mexicanas) por la asociación directa que hizo entre la letra “M” que traía la máscara y el nombre del autor, portador de la máscara en ese momento. (http://es.youtube.com/watch?v=zK95nMdTn78).

En ese momento se inicia esta historia, este camino que quizás no le lleve a ningún lugar, pero que ya empezó a mestizarse plásticamente. En menos de lo que el esperaba, el sonido de la palabra Virreyes ahora en boca de muchos argentinos suena como “Virresches” y considera que como suena ahora es como se debe quedar.

México marcó su vida y en particular su paso por ese hotel. Ahora desde Buenos Aires y con todos los recuerdos a cuestas, se le ha vuelto inevitable reflexionar, sobre como se transformó su identidad con este recorrido y ahora que empieza a hablar de ello, es necesario que empiece por el mismo.

El Milton del Virresches, aparece por primera vez consciente y plásticamente, en la habitación del Hotel Virreyes en Ciudad de México. Ese primer encuentro descrito anteriormente, le abrió una ventana para utilizar por primera vez su cuerpo, y por primera vez retratarse sin miedo. Jugar con el supuesto de que en apariencia no estaba siendo fotografiado, liberó una tensión preexistente de ver su cara capturada por la cámara.

Está claro que este proyecto quiere hacer un análisis desde lo personal, sobre temas como la hibridación visual o el mestizaje visual. Por lo tanto es fundamental desde esta primera instancia, dejar en evidencia que para el autor como artista plástico es obvio que su cuerpo, su actitud y su rostro están siendo prestados para el proyecto. Esta exposición consciente, adicionalmente busca liberarle, permitiéndole más adelante usar su cara como elemento primigenio de futuras propuestas plásticas.

El Milton Del Virresches, un personaje fantástico

Partamos de lo real: él no es luchador, no practicó la lucha libre y lo más posible es que nunca lo haga. Esta disciplina, espectáculo y deporte llegó a él por lo visual, por su sentido coreográfico y de coordinación estética, afirmando desde lo personal que es un ballet de machos que danzan a golpes en la lona.

“La lucha libre proviene de la lucha olímpica. Fueron luchadores americanos quienes trajeron la lucha libre a México. La tradición de la máscara viene de un luchador americano llamado ciclón Mckey, no era muy popular y le pidió al hombre que le hizo las botas que también le hiciera una máscara. La máscara estaba hecha de cuero y aunque era muy pequeña, Mckey comenzó a usarla, hasta que la piel se expandió y le ajustó perfectamente al rostro. Las máscaras son sagradas en México y arrancársela a alguien durante un combate equivale a la descalificación instantánea”.[2]

Con lo anterior un poco más claro. La otra condición que hay que percibir, es que como colombiano y más claramente como santandereano, él no posee una cultura física fomentada en esta disciplina, lo cual haría más complicada su incursión física a este medio. No quiere dejar cerrada la puerta pero es poco probable que le vean por ahora luchando en un cuadrilátero. De este modo pone en evidencia que hasta el momento solo le interesa la máscara por su carga visual: Es objeto apropiado que da cuenta de un lenguaje y es testimonio tiempo-espacial del lugar al que pertenece.

El personaje: El Milton, definitivamente es un hombre cualquiera, podrías ser tú, pero en definitiva es él: Un colombiano residente en Buenos Aires, con una mascará mexicana de lucha libre puesta en su rostro En la calle, si no lleva la máscara puesta pasa desapercibido, nadie hace contacto visual pues a nadie le interesa mirar a un igual; al usar la máscara es como si apareciera por arte de magia, por eso una de las habilidades del personaje es estar en más de un sitio a la vez. Con el elemento máscara usada como dispositivo se obtiene de inmediato la atención del transeúnte.

Situaciones como estas serán capitalizadas en instancias próximas de este proyecto. La fotografía tomada a un costado del edificio del Congreso, (Ver imagen 02) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, ilustra las habilidades que posee el personaje. En ella, el Milton se encuentra en tres sitios al mismo tiempo y en la parte central, adicionalmente muestra otra habilidad, un extraño rayo de luz que emana de sus manos. Un apunte visual exclusivamente desde la edición y diseño de post producción de la imagen. El Milton juega a ser héroe y merece poseer algún poder.

[2]Hernández, Iván. “Los inicios de la lucha libre en México”. Noticia publicada en www.luchassusa.com: el lugar oficial de LUCHA LIBRE Y WRESTLINGFEDERATION. (sin fecha). http://www.romaprowrestling.com/inicios.htm

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Más sobre el personaje del Milton del Virresches:

El no es un héroe, aunque tenga máscara y posturas heroicas o de prócer, no salva a nadie. No soluciona ningún conflicto, solo está en una búsqueda de respuestas plásticas personales.


Aquello que da origen real al personaje es una reflexión plástica y el encuentro con un objeto, de la cultura popular urbana de un país, de una ciudad (México D.F).


El Milton ya creado, necesita empezar a darle un sentido a su existencia y se embarca en la idea de acentuarla o justificarla mediante la inserción en su vida de un discurso estético valedero.


El objetivo trazado justifica su existencia, pero debe haber un resultado, una conclusión o por lo menos un nuevo interrogante.


Quizá una de las pocas situaciones claras sobre el personaje hasta este momento es que el debe cerrar un ciclo, y se procurará de que este sea un mensajero de algo más.

El conflicto circular que posee el personaje podría soportarse en que hasta la fecha el Milton desconoce su fin, no tiene totalmente claro su origen, se siente filialmente bastardo, reiterado, pero sin resultado plástico visual totalmente definido. De forma optimista espera sus cinco minutos de fama y hasta ese momento estará apareciendo y desapareciendo de la escena de esta ciudad, esperando el instante justo para hacer o reafirmar mutaciones que acentúen la inserción de híbridos visuales en su hábitat natural.

Como podrán ver durante todo el proyecto, lo más probable es que siempre el autor se encuentre adentro y afuera del personaje. En algún momento se podría realizar una abstracción de la realidad, simular un evento o hecho, pero en definitiva el límite no existe. El conflicto del personaje eventualmente podría ser un enfrentamiento consigo mismo o estar reflejando problemáticas del entorno.

En la fotografía Autorretrato en Buenos Aires (Ver imagen 03) se ejemplifica como el Milton del Virresches inicia su preparación visual para enfrentar el proyecto. El ya inició un recorrido físico y ahora emprende una preparación plástica. Empieza a visualizar las reglas del juego de su existencia, pre-visualizando vagamente su meta. Ese deseo de establecer algo, de aprender, de transitar, de sobresalir o de mostrar, se transforma poco a poco en una necesidad casi espiritual, que busca proporcionarle sentido a aquello que mueve al personaje y al autor.

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DE LA HIBRIDACIÓN AL MESTIZAJE

Según Néstor García Canclini, la hibridación se define como "Procesos socioculturales en los que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prácticas”[3]. En este momento solo se pensará en la amplitud del concepto, desde la práctica artística, en su uso como reafirmarte de la mezcla conocida como hibridación o mestizaje. Adoptada de la biología, la palabra debe ser entendida de la manera más amplia y sugerente posible en el campo del arte. En ese caso un híbrido plástico podría ser el resultado de la suma de influencias estéticas, fenómenos visuales, quehaceres preexistentes, nuevos medios y tecnologías, que al mezclarse dan como resultado una práctica artística mestiza, constituida por múltiples elementos.

Lo anterior explica o por lo menos dejan ver el impacto y la fuerza que puede ejercer esta idea en el autor. Son rastros tiempo-espaciales evidentes, que por comodidad personal de ahora en adelante en este texto se denominarán “mestizaje visual”. Además el autor se considera un mestizo, el producto de una sociedad que se reconstruye en su identidad; una sociedad que es la suma de indiscriminadas incursiones visuales, una sociedad que empieza a reflexionar desde adentro para encontrar su espacio afuera. Ahora él se encuentra un espacio como mestizo plástico, como productor de imágenes hibridas que le auto cuestionan y que si posee un poco de suerte podrán cuestionar a otros.

Reconociendo este asiento teórico como punto de partida, las próximas cuartillas buscan ser un apéndice positivo para la plataforma estructural de este discurso estético, aclarando siempre que este interés exploratorio, se encuentra matizado profundamente en una necesidad personal del artista por entender muchos de los móviles, raíces y fenómenos que están componiendo las imágenes resultados de su accionar estético, más que direccionarse a plantear postulados o teorías estéticas.

[3] García Canclini, Néstor. “La globalización: ¿productora de culturas híbridas? Actas del III Congreso Latinoamericano de la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular. Bogotá. 2000.
Disponible en internet: http://www.hist.puc.cl/iaspm/pdf/Garciacanclini.pdf

DIALOGO ENTRE LA FOTOGRAFÍA Y EL ARTE CONCEPTUAL, IMPORTANCIA DE LAS DIFERENCIAS

Para el autor la imagen mediocre no existe: Una imagen es una imagen y siempre tiene algo que contar. En el caso de las fotografías de este proyecto se ha procurado infructuosamente huirle a un peso determinadamente conceptual. (Quizás sin mucho esfuerzo). Por naturaleza la mirada de este fotógrafo goza del encasillamiento, de lo literal. Su imagen se hace objeto especialmente en esta serie de fotografías, son mentiras hechas realidad, que al materializarlas rotan masivamente por los ojos de los que desean observar.

Antes de seguir con una serie de afirmaciones un tanto radicales, frente a la apropiación de la fotografía en esta obra como dispositivo de obtención de imagen, es necesario aclarar que fue esta la primera forma en que se acercó el autor a la fotografía digital. Una herramienta teórico plástica que le ha dado vida a su particular visión sobre el mundo.

El ha encontrado en la fotografía digital una herramienta para hacer de la idea una imagen y de la imagen un objeto: Un objeto transformado en propuesta artística; este dispositivo plástico se ha asumido como parte de un conjunto de posibilidades, que ha dividido en subcategorías dentro de su accionar estético. Llamando para si mismo UNO a la cámara fotográfica, el ordenador y los programas de edición que en el se encuentran. Estos en alianza con otros dispositivos plásticos que denomina número DOS, los cuales están conformados por todas las personas, asistentes y asistencia técnica que le dan sentido u operan el dispositivo UNO.

La unión y conciencia de la existencia de éstos, le dan al autor un resultado inicial u obra, que para su accionar no funciona como obra artística completa hasta que logran interactuar con un observador. Solo en ese instante la obra se transforma en lo que Joseph Kosuth ha denominado propuesta artística.

Lo anterior puede sonar en determinado momento a una necesidad del autor de incrustar a como de lugar sus fotografías y acciones dentro de un discurso ya establecido vigente o valedero. En realidad es la simple conciencia que se está generando en él, de reconocer su discurso plástico como el resultado de algo más profundo que una necesidad de transformar una imagen.

El giro a la idea o el riesgo de error, estaría emplazado en como se está apropiando de varios conceptos, dándole funcionalidad parcial e híbrida en este discurso. Esta apropiación de fragmentos convenientes de otros discursos le aporta valor a sus ideas; es un tanto cándido y atrevido, pero válido, si se enmarca en el resultado visual de sus imágenes.

Otra de las constantes que acepta esta propuesta artística, es la aceptación de su autor referencialidad. Ella dialoga todo el tiempo de si misma, lo cual le da el permiso para apropiarse de medios de comunicación masiva que le ayudan a diseminarse geográficamente, buscando la entrada a múltiples lecturas y lectores de la imagen. Esta acción busca una exposición amplia tratando todo el tiempo de contar una historia y mutar nuevamente.

En ese momento la imagen abandona su objetualidad y se transforma de nuevo en discurso e idea. Pero no en un discurso del concepto, pues se está aceptando la existencia de la imagen, se le da un valor plástico y se le juzga en el estadio del arte que sería la dimensión donde realmente tiene algún valor, aunque en todo momento la idea la propuesta esté encaminada hacia el espectador desprevenido que habita la ciudad.

La ganancia, el verdadero peso que puede tener una de estas fotografías, es que ellas nacen de lo real, pero con conciencia plena de su inexistencia. Al autor no le interesa llevar un objeto de lo real al campo de la idea. Para el una taza de café es una taza de café y lo seguirá siendo fuera o dentro de la fotografía.

La taza objeto y la taza imagen existen, por el contrario el Milton del Virresches, nació por accidente, existió solo en la imaginación y se hace real, si y solo si cuando el autor asume el personaje o se toma la fotografía con la mascará puesta, lo cual implicaría una situación más interesante aun, y es pensar que al existir la imagen y quedar el registro, así no exista la persona, el personaje existe al existir la imagen. En ese caso se ha tomado el objeto cierto, se realiza una apropiación de la imagen y se acomoda a conveniencia para que surjan nuevos interrogantes, deseando siempre saturar la imagen ya existente con nuevos significados.

Para cerrar este episodio, esta ingestión del complejo mundo del concepto, el autor desea dejar abierta esta propuesta, reiterando que considera su obra como receptora de múltiples lecturas. Las series de fotografías planteadas en este proyecto no buscan ser plato principal. Se conforman con ser una sopa enlatada, que contiene un personaje accidental inventado, el cual busca su espacio en el entramado mundo del arte y las ideas.

Esta reflexión, inspirada por el texto de Dominiqué Baque, de su libro titulado: La fotografía plástica, es una breve meditación sobre los espacios, que puede ocupar un dispositivo plástico y el peso de la idea dentro de este discurso estético. Como se ha mencionado anteriormente, es un primer acercamiento a un espacio inexplorado por este autor, un mundo de ideas que empiezan a darle sentido a su humano proceder.

ENCUENTRO, FILIALES Y OTRAS ABERRACIONES

En ocasiones es necesario rumear, accionar como las vacas, masticar, re masticar y masticar de nuevo. Acciones como esta se puede trasladar de lo físico a lo mental. Son una de las formas de encontrarle el verdadero sabor a una palabra, a una denominación o a un concepto; por eso ya, desde hace algún tiempo en lo que respecta a este discurso, se venían masticando varias nociones con las cuales se deseaba inscribir las imágenes resultados de este proceso artístico.

En este proceso no hace mucho tiempo se tropezó con el concepto camp, que en palabras de Thomas Angermaier "… contiene lo grotesco y también, se podría decir, la falsa seriedad, el servirse de una cierta sonrisa para mostrar la crueldad. Los dos tratan la amargura del drama que pretende ocultar la sociedad”[4], o mas sencillamente como se diría en el seno de cualquier familia colombiana: entre chiste y chanza se dicen verdades, por crueles que estas sean.

Viendo en perspectiva, la fotografía que guió a este cuestionamiento al autor, es una imagen del año 2005, titulada: La Dama de la 33, fotografía digital en la cual se muestra una aparente trabajadora sexual de la calle 33, de Bucaramanga Colombia, su ciudad natal. (Ver imagen 04).

Se encuentra en esta definición un hábitat propicio para el desarrollo de la fotografía que le sustenta. El autor para de fluctuar entre una estética Kitsch, cursi y cliché, que podrían ser las hermanas conceptuales de la propuesta, para centrarse, en el desarrollo de una imagen cimentada sobre las bases de un concepto que encierra las ideas de este accionar estético.
Al publicar la fotografía en internet, (http://www.sicenelmedio.com/) junto a un texto que daba cuenta del accionar, pensamiento y reflexión sobre la imagen, uno de los comentarios realizados por un visitante a la página fue algo así: muy mala fotografía con excelentes argumentos. Recién al día de hoy al fijar la atención en las palabras de Thomas Angermaier: " Hay que concentrarse y tener cierto conocimiento para entender el dolor que presentan”[5], el entiende el choque que le produjo al espectador la imagen.

4 Angermeier, Thomas. “Thomas Angermeier la fotografía como medio para comprender la identidad”. Entrevista realizada en mayo del 2008 por Silvia Mangialardi. Foto Mundo Digital. 2008. No.473. Pp. 82 - 90.

5. Ibíd. 2.

Imagen 04


Independiente de la calidad técnica de la toma, que en definitiva no fue el eje o lo primordial del la serie fotográfica, el autor deseaba mover algo, encontrar eso que produjera un choque en el espectador, que lo sacara de si por cinco segundos extrayéndolo de su comodidad. En conclusión a esto podría decir que en realidad lo que perturbo al espectador haciéndolo reaccionar de esta manera, fue enseñarle un retrato de aquello que está sucediendo a la vuelta de la esquina, o en frente de su casa.

La reacción del espectador hacia la imagen nada tenia que ver ni con la mujer, ni con el fotógrafo, su actitud se dirigió directamente a lo que ésta le hizo sentir en ese instante.

Retomando el tema y teniendo más o menos claro el origen del parentesco, con respecto al camp en este proyecto, se podría decir que el camp en Latinoamérica es semejante al camp norteamericano, al de " Susan Sontag”[6], pero en esencia y en finalidad esta dirigido por otro camino. En Latinoamérica es un mestizo emparentado más cercanamente al kitsch, está ligado directamente a una melancólica necesidad de enmascarar territorios y realidades identitarias, que son expuestas en imágenes saturadas de ironía, burla, critica y reflexión solapada de todo aquello que se encuentra constituyendo nuestra realidad.

En las próximas líneas se continuarán haciendo aproximaciones teóricas sobre este concepto, con base en imágenes de Marcos López, quien es el fotógrafo seleccionado como filial principal de esta propuesta, por considerarlo el representante argentino más relevante del suramerican-camp.

En las fotografías de Marcos López existen múltiples acercamientos a las raíces originales del concepto, pero sin embargo los frutos o el sabor final que ostenta la imagen es otro. La burla, el cinismo, la autocritica están directamente constituidos en la imagen de otra manera. Sin buscar ser ofensivo y con todo el ánimo de aprovechar la oportunidad, se podría afirmar que el suramerican-camp es el buen hermano menor del norteamericano. La mayoría de los hermanos menores se nutren de la experiencia del mayor, de sus ventajas, pero al ser diferente está dirigido por otro camino, se desplaza a su ritmo, al son del espacio en el que habita, este reconoce su origen, no se avergüenza de quien es, pero si se acepta diferente. Este tipo de afirmación es visiblemente evidente en la obra de López, unos ejemplos de ello podrían ser las series: Sub-realismo criollo y Pop Latino.

6. Eco, Umberto. “Historia de la fealdad”. Trad. Carlos Gardini y María Pons Irazazabal. Editorial Lumen, S.A. España. 2007. Camp y Sexualidad. Pagina 412.
Algunas de las características que se encuentran evidentemente más acentuadas en el camp latinoamericano serian:
Es político.

Es sociocultural.

Es barato y vulgar en medios.

Habla de hibridación y mestizaje.

En esencia es menos comercial pero mucho más perturbador.

Es menos homosexual y estilizado, que el camp norteamericano.

Es más original en su sentimiento, brota con naturalidad sin esfuerzo desmedido.

El suramerican-camp, es un mestizo que utiliza los medios que posee a su alcance para comunicar su idea.

El suramerican-camp podría ser una respuesta a décadas de imágenes reiteradas, a millones de estampas, estampitas, impresiones de bolcillo, santos de billetera, calendarios de mercado de barrio, fotografías, santos de plástico, flores de papel y fotografías de beatas y próceres locales, cansados de ser usados cándidamente y que encuentran en la mano de este concepto otra manera de comunicarse con nuevas generaciones de espectadores.

En la fotografía de Marcos López, titulada Héctor el Mártir. Buenos Aires. Argentina 2003. (Ver imagen 05). Se cita un ejemplo de cómo una imagen, acentuada con un titulo sugerente, exalta el fenotipo de un individuo y establece un vínculo directo con el territorio al que pertenece la mirada original.

Imagen 05


Él es un Fotógrafo que habla permanentemente de su territorio con agudeza y crueldad; se le percibe transitando en un estilo acomodado convenientemente. Es lúdico y reiterativo. Las imágenes que plantea ponen el dedo en la herida de tal manera que el dolor puede parecer gloria y generalmente la gloria puede parecer dolor. El pone la fotografía a los pies de la imagen, una imagen a los pies de la construcción de miradas alternas sobre identidad, sociedad y cultura.

Hablar de Marcos López es entablar un dialogo con uno de los fotógrafos latinoamericanos más interesantes del momento. Lo cual en este instante, para este proyecto es fundamental. El se apropió de un concepto que le permite desentrañar interrogantes sobre el permanente mestizaje de nuestra identidad.

En la mayoría de sus textos, Marcos López hecha mano a su origen, dialoga permanentemente consigo mismo, con su territorio, con las raíces de sus obsesiones visuales. En este constante recurrir a la memoria establece en sus fotografías puntos interesantes de análisis sobre el estilo de vida latinoamericano. En muchas medidas su particular visión se ajusta logrando encuadrar acertadamente en la necesidad de un público que empieza a buscar reflejos directos, en una imagen verdaderamente local.

Matando el Mártir

Para que exista un mártir, debe existir un asesino, Un autor material del hecho. Pero que pasa cuando la agonía de la imagen es eterna. La imagen al igual que su protagonista esta en constante éxtasis, ¿sufre por una causa? o ¿sufre por gusto?

Quién es el mártir o quien es éste mártir: Es un exhibicionista que se complace al pretender firmeza y negar el dolor que se desvía junto con su mirada. En este momento es importante la imagen, la utilización del personaje, el subtexto, lo que no se evidencia a simple vista, el color de su piel, su peinado y su mirada. Pequeños detalles. Gran cantidad de información para codificar y digerir, así son realmente las fotografías de Marcos López, básicas pero cruelmente indescifrables si se les da la gana.

La decisión de tomar esta imagen en particular para hablar brevemente de ella y del interés de este autor hacia las mismas, se basa nuevamente en su experiencia personal. Fue la primera fotografía que él conoció sobre Marcos López, en una muestra colectiva en el Centro de la Imagen de Ciudad de México. En este momento no recuerda si correspondía a un afiche o si era directamente la fotografía; lo que nunca podrá olvidar es el impacto que le causo, en definitiva este primer encuentro, y ahora el reencuentro, han promovido reflexiones interesantes al respecto sobre el accionar estético de este autor frente a artistas filiales locales.

Este proceso no es simplemente la sumatoria de un sinnúmero de piezas, existe mucho de accidentalidad en él, pero al final hay una conciencia de que nada es fortuito. Generalmente el autor siempre está a la caza de darle peso a una de sus ideas, de encontrarle la cuna a sus imágenes y en este momento el rompecabezas empieza ha tener sentido.

Para reiterar el acercamiento a la obra de Marcos López, dentro de las series fotográficas realizadas durante este proyecto se construyó una imagen que deseaba entablar un dialogo y homenaje a la obra del fotógrafo argentino. En ella está incluido el Milton del Virresches, Esta imagen, resultado de un domingo en la tarde, consta de de una sub-serie de dos imágenes preseleccionadas de un conjunto más grande. Al construir las fotografías se pretendió que ellas funcionaran como obra autónoma, pero al tiempo, aquel que fuese conocedor del tema o de la obra de Marcos López, al ver la imagen y el titulo, pudiese realizar un paralelo entre las dos. Así nacieron las imágenes tituladas: Autor Material, Asesinando al Mártir.

En estas fotografías el autor sitúa al Milton frente a la Cámara, le pone en sus manos una gran arma blanca, y desea dejar abierta la posibilidad de ser el victimario de este mártir. Sin duda dentro del imaginario popular urbano de nuestras ciudades siempre esta muy presente la víctima, el mártir, todo aquel que ha sido sacrificado por una causa noble que ha engrandecido el espíritu y que alimenta el imaginario de las personas, pero en esta ocasión el Milton pasa de ser héroe a ser un villano, aparente autor material de un crimen. De nuevo se juega con el supuesto si se tiene en cuenta que el cuchillo que sostiene el personaje no corresponde al que tiene clavado en el pecho el mártir de Marcos López, pero al igual que en nuestras calles nada es lo que en realidad parece o debe ser.

Las fotografías están construidas de forma básica, en ellas se utilizan los dispositivos UNO y DOS, haciendo gala de una calidad técnica menor pero en búsqueda de resultados plásticos más profundos. Adicionalmente en ellas se empezó a explorar el modo pictórico que puede llegar a estar implícito en este tipo de fotografías.

Las dos fotografías seleccionadas como homenaje (Ver imágenes 06 y 07), se pensaron para ser ubicadas espacialmente al lado izquierdo de la obra de Marcos López; en un breve delirio el autor visualizo como una podría llegar a funcionar en determinado momento al lado de la otra, sin perder en ningún momento su individualidad: Seria algo así como un segmento complementario de lo que anteriormente se ha llamado la pieza de un rompecabezas más amplio. El autor intenta completar o darle fin a un micro relato que se encuentra abierto a múltiples lecturas y que se semeja a las intrincadas historias sobre los personajes que han construido nuestra identidad.

Sin querer ser irrespetuoso, la imagen final es, o busca ser, un complemento lúdico abierto a más lecturas y posibilidades; nuevamente se juega con el supuesto y con la intención de abrir el abanico de posibilidades al lector de la imagen.

Imagen 06


Imagen 07


Imagen 07


TRAYECTOS

A continuación se expresarán brevemente los pasos, el proceso y las motivaciones que han construido este proyecto, durante la estadía del autor en Buenos Aires. Su primer encuentro con esta ciudad le hace sentirse como en casa, las semejanzas que poseen algunas de las esquinas con rincones de Bogotá o ciudad de México le asombraron.

Descargó su atención en un fenómeno en particular: En las tres ciudades, en espacios muy concretos del centro de cada una de ellas, una de las maneras de hacer publicidad de bajo costo es mediante pequeños volantes publicitarios. Publicidad de bolcillo, de alta rotación, económica y efectiva en la medida que abunda y satura el espacio con un millón de imágenes que venden desde hamburguesas, profesiones, ropa o música, hasta carne humana, siendo ésta una forma de ofrecer la prostitución.

Esta particular forma de vender la imagen similar en las tres ciudades mencionadas, inquietó al autor incitándole a convertirse en un recolector de estas económicas pero efectivas publicidades. Paseos frecuentes por la calle Corrientes y otras calles bonarenses, durante muchas horas de caminata y observación le llevaron al autor a acumular un sin fin de estos papelitos, volantes que comercian solo un supuesto, una imagen. El ideal de algo que lo más probable es que no exista.

De esta manera los papelitos recolectados se dividieron por tema, concluyendo que el más abundante según su mirada era el alusivo al comercio sexual. Un gran tema de investigación pero no el más relevante en ese momento. Con esta primera conclusión sobre los volantes y con el paralelo encontrado en respecto a las otras ciudades visitadas, se decidió que sería interesante usar este tipo de dispositivos para rotar las imágenes del proyecto.

Durante algún tiempo los volantes seleccionados se intervinieron directamente, se rayaron, cortaron, sellaron y hasta se repartieron nuevamente en diversos espacios. Este ejercicio permitió al autor reconocer el potencial de dichos objetos con los cuales se planteó una primera obra que fue expuesta en un espacio museográfico, en la casa de la cultura de Quilmes. La muestra se titulo: POST INTEGRADOS realizada en el marco de la cátedra, Taller Experimental del posgrado.

En el espacio se exhibieron los volantes seleccionados e intervenidos hasta la fecha. La idea era avanzar en el proceso elevando los pequeños objetos a un nivel museográfico, para posteriormente aprovechar el carácter cotidiano de los mismos dentro de la propuesta (Ver imagen 08).

Esta lectura alterna de carácter formal para un volante respondía directamente el discurso buscado por el autor frente a dispositivos asequibles y de alta rotación.

Imagen 08


Como resultado de este encuentro obvio con el espacio urbano y con la acción de la entrega del volante en mano, el autor se apropio de ella para insertarla como una estrategia de rotación de sus fotografías en el espacio en el que ellas nacieron. Definida esta primera estrategia o modo de rotación de la imagen, se emprende el encuentro con otro tipo de situaciones, como lo fueron asumir al Milton del Virresches en un espacio museográfico realizando la acción plástica de repartir los objetos intervenidos o simplemente la de transitar el espacio. (Ver imagen 09).

Imagen 09


Anotaciones como estas de carácter totalmente personal y a nivel de anécdota, son fundamentales para reconocer el resultado final de la propuesta, como el fragmento de un gran entramado, una parte del rompecabezas que se planteo este autor al momento de enfrentarse con un nuevo espacio, una nueva ciudad, pero con interrogantes similares.

Esta experiencia personal con la máscara, con el espacio y con la reacción de un público que se dirige a la galería esperando encontrar una obra de arte, fue bien interesante. Todo esto le incitó a seguir en su proceso lúdico con la máscara, pero cerró la etapa de recolección de volantes al haber comprobado su efectividad tanto en el espacio museográfico como en el espacio urbano.

De lo pictórico a lo fotográfico

Junto a la exploración realizada en el marco del posgrado, no solo se realizaron ejercicios dirigidos exclusivamente a la fotografía digital, la imagen o la acción. En el medio de estos cabe un espacio al reencuentro de lo pictórico y de cómo esto afectó positivamente la imagen resultado final del proyecto.

La Experimentación con diversos materiales y técnicas artísticas (pigmentos, pinturas industriales, afiches callejeros, pancartas, papel de prensa escrita, volantes publicitarios, fibro–fácil, maderas reutilizadas, transferencias con disolventes), fueron las maneras en que transitaron en este proceso diferentes técnicas y modos pictóricos.

Este mestizaje técnico colaboró a conformar un diálogo con el discurso propio del autor, una posibilidad alterna en torno a sus inquietudes sobre fenómenos estéticos propios de nuestra región. Le ayudo a reconocer el valor de este tipo de experiencia y el peso que ellas ejercen en su actual accionar estético y en la producción de las imágenes híbridas que tanto le interesan.

El aporte de este retomar se verá reflejado próximamente cuando se empiece a realizar un análisis de la obra desde puntos más cercanos a la técnica o a las unidades mínimas de ejecución de la mismas.

UNO POR UNO

La primera serie fotográfica realizada durante este proceso, se ejecuto en el Congreso Nacional en Buenos Aires, un espacio inquietante por su carga simbólica e histórica. El autor coincidió en su llegada a la ciudad con el conflicto estado-campo 2008, este tipo de situaciones y momentos históricos inquietaron y reafirmaron aun más los interrogantes del autor sobre el espacio habitado.

No solo se encontraba abordando temas visualmente pares con al resto de Latinoamérica, sino también coincidía con instantes en los cuales se reflejaba la eterna dinámica de la región. En esta imagen (Ver imagen 10) se encuentra el Milton del Virresches (lado derecho de la fotografía), levantando uno de sus brazos con la mano empuñada de forma amenazante o a la defensiva, (según como se desee ver); en el centro de la imagen se encuentra la cúpula del Congreso y en dirección contraria una paloma, habitante permanente de este sitio y detalle otorgado por el azar.

La fotografía se realizo aproximadamente a las 10:00 am procurando que la luz se fijara directamente en el edificio, se buscó que éste se viera muy blanco en relación a su color real, consintiendo que el personaje quedase a contraluz. En cuanto a éste se hecho mano no solo de la máscara, fue importante sumarle también la actitud, la posición del cuerpo para captar en totalidad la imagen deseada.

Aparentemente una de las lecturas alternas que ha dado la imagen es de carácter totalmente político, situación buscada a propósito sin desear establecer una posición socio-política concreta. La imagen se planteó con la intención de ayudar al autor a entender lo sucedido en ese momento. Es la búsqueda de una respuesta o simplemente la ubicación y necesidad del autor de digerir aquello que está sucediendo en el sitio que en ese momento es su casa.

Para la construcción física de la imagen se utilizaron los dispositivos UNO Y DOS, en los cuales intervinieron como asistentes compañeros del postgrado y una practicante de asesoramiento de imagen que colaboró directamente en la preproducción de la misma. Posteriormente en el arreglo digital se acentuaron los colores, elevando las tonalidades para subrayar algunos rasgos de la imagen. Queriendo hacer alusión desde el boceto inicial a los colores blanco y azul de la bandera argentina.
La imagen final se dispuso horizontalmente, ubicando al Milton de tal manera que diera la sensación visual de poseer el mismo tamaño del edificio, se nivela al personaje con las circunstancias, de forma un tanto irónica y atrevida en respecto a la relevancia y magnitud simbólica del edificio, pero esa situación hace parte del atrevimiento natural que se permitió este proyecto.

Imagen 10

Junto a esta primera serie fotográfica, se realizaron varias series más en las cuales se utilizaron los dispositivos plásticos de igual manera. En ese caso en lugar de describir serie por serie y reiterar lo ya mencionado, se harán un listado de instrucciones que se tuvieron en cuenta a la hora de las producciones fotográficas:

Suramerican-camp como eje conceptual.

Aprovechamiento de los dispositivos UNO y DOS.

El Milton del Virresches, como personaje central de la fotografía.

Las fotografías tomadas en espacios públicos debían ser reiterativas.
Utilización de los espacios cotidianos habitados y transitados por el autor.

Fue importante durante este proceso entender la relevancia de la preproducción de la imagen en el resultado final de la fotografía, un momento crucial a la hora de la ejecución y que definitivamente incidió positivamente en el período de posproducción.

Otras de las fotografías realizadas durante el proyecto y que cabe mencionar en este escrito fueron las realizas cerca a la avenida Callao, en la estación del metro y en el mercado de San Telmo, en todas éstas se utilizaron las constantes anteriormente mencionadas. (Ver imagen 13, 14 y 15) imágenes las cuales en se encuentran inscritas dentro del accionar estético planteado originalmente y reiteran la esencia del discurso estético.

Como resultado de esta primera serie se obtuvo una imagen que se utilizó de varias formas dentro del proyecto. La fotografía que se pensó para imprimir en gran formato, finalmente se termino imprimiendo y distribuyendo en tamaño estampilla pegada e inserta dentro de otras imágenes, esto fue un primer intento de entender otras formas en las cuales podría funcionar la imagen.

La pequeña fotografía que se adiciono a los volantes recolectados y que posteriormente se repartiría en uno de los eventos de arte correo organizados por la directora de cátedra taller experimental dentro del posgrado, término circulando en un espacio para el cual no se había pensado. En un espacio dedicado totalmente a la reflexión plástica (ARTE CORREO ­/ A.T.C´S. ARTIST TRADING CARDS 2008).
Curiosamente las situaciones resultantes del proceso tendieron a dar giros inesperados como éste y es aquí donde se entremezclaron el accionar del personaje con la imagen realizada, un juego interesante que lograba definir someramente uno de los principio del proyecto: lograr una obra conjunta donde funcionaran combinadamente diferentes dispositivos plásticos de forma coordinada.

El resultado de estas incursiones del personaje y de la imagen en este tipo de espacios, se vio bien recompensado por la gran cantidad de fotografías obtenidas en el lugar, por que no solo se buscó repartir los volantes, otra de las condicionales de la situación fue aprovechar y tomar fotografías con cada una de las personas que recibiera los volantes intervenidos por el autor.

De esta manera se obtuvieron otro tipo de fotografías (Ver imagen 11 y 12) que hacen parte del proceso del proyecto y que al modo de ver del autor son tan importantes como la obra final, por que en definitiva estas le ayudaron a entender el accionar del personaje y la inmersión del mismo en la ciudad.

Adicionalmente y como ejercicio paralelo, el autor para su proceso personal dentro de la recolección de volantes realizada durante estos meses, llevó un pequeño diario de ruta, este pequeño libro es una especie de mapa en el cual el consignó, pegó e intervinó algunos de los volantes seleccionados, con la imagen del Milton del Virresches.

El propósito de este diario fue trazar un paralelo, una guía mental del ejercicio y funcionó como un cuadernillo que mostraba las posibilidades que ofrecían físicamente los materiales encontrados y las opciones plásticas de los mismos en una especie de práctica de taller del tratamiento de la imagen.

Este tipo de accionar estético se encuentra emparentado directamente con la búsqueda de lo pictórico en la imagen digital que se mencionó anteriormente y fue uno de los objetivos del proyecto. Un obstáculo saltado para posteriormente experimentar con dispositivos visuales que funcionaran de forma similar en las fotografías ejecutadas.

Imagen 11


Imagen 12


Imagen 12

Imagen 12


Accionando el personaje

En este estadío del proyecto y teniendo cada vez mas claro el funcionamiento de los dispositivos, de la fotografía y de ciertos accionares estéticos, fue fundamental también entender como funcionaba el personaje y que rol estaba ocupando éste. Fue importante reconocer su incidencia en el proyecto, su acción con el espacio, su desempeño con el espectador y su peso real para el autor. Lo que anteriormente solo era el autor con la máscara de lucha libre sobre su rostro, trascendió al mundo del la acción plástica.

Como testimonio de ello se encuentran las apariciones del Milton del Virresches en espacios artísticos dedicados para el arte acción (BUENOS AIRES ZONADEARTEACCIÓN 08, http://zonadeartenaccion.blogspot.com/). Sin quererlo o buscarlo la obra se ha ido redirigiendo por si sola, buscando otro tipo de salida o de lenguajes estéticos para fundamentarse a si misma; nada forzado, simplemente un camino necesario para entender el por que de la existencia del personaje.

Lo anterior da una respuesta al interrogante inicial del autor: Hacia donde podría dirigirse el personaje y la existencia del mismo, aquello que se llamó previamente conflicto cíclico del personaje empieza a tener otro tipo de relevancia plástica, digna de ser analizada profundamente a futuro.
Las circunstancias que empezaron a rodear al Milton del Virresches hicieron que éste se asumiera con una actitud performática: Él se enfrento ha tener que habitar el espacio, a ingresar en la escena, apareciendo y desplazando su cuerpo, su materialidad, definiéndose como un sujeto autónomo móvil y reiterado que existe para hacer algún tipo de señalamiento plástico.

Conjuntos accionarios

Para cerrar esta parte del texto y estableciendo un punto de encuentro entre los saberes traídos por el autor hasta acá y la nueva conciencia adquirida durante su estadía en Buenos Aires, se realizará una aproximación a la estructuras fundamentales de su obra, desde como se pensó hasta el proceso de postproducción digital realizado, y de cómo este discurso estético contiene los diferentes medios y tecnologías para la producción de la imagen.

El espíritu de los bocetos iníciales dejaba ver que sería una serie totalmente autorreferencial, alejada de la premisa de hacer un señalamiento totalmente urbano, pero justificada en la medida que, al lograr explicar la intencionalidad del autor, podría abrir ventanas para próximos trabajos más coherentes con el tema y mucho más frescos en su diálogo externo.

Durante la preproducción se decidió que estos autorretratos se realizarían con la máscara puesta, con el torso desnudo, con una atmósfera melancólica y con un fondo musical de ranchera. De nuevo se insertaba el concepto de mestizaje, pero no de forma forzada o calculada; en realidad se convirtió en un hecho espontáneo. Se empezó a descubrir que aquellos conocimientos o gustos adquiridos en el recorrido abordaron la obra sin demasiada premeditación.

Al iniciar la sesión fotográfica el autor y protagonista de las mismas, reafirmó la importancia de conocer el espacio que habita y que serviría de locación, este conocimiento previo del lugar le ayudó a dominar y sacar provecho de los dispositivos que tenía en ese momento a su alcance y de maximizar el uso del tiempo requerido para las tomas.

La locación seleccionada corresponde al baño de la residencia en la cual habita el Milton del Virresches y Milton Afanador, el segundo piso del edificio ubicado en la calle Junín numero 72, a dos cuadras del Congreso de la Nación. Aparentemente datos como el anterior no parece relevante a simple vista, pero si se mira a futuro, pesaran en la cabeza del autor a la hora de tener que situar temporo- espacialmente su obra.
Regresando a la parte física de la ejecución de las imágenes, estas fueron tomadas con el trípode, sin ayuda de un dispositivo DOS, lo cual aumentó el grado de dificultad de algunas de las tomas requeridas. Aproximadamente se realizaron ciento veinte (120) tomas de las cuales se preseleccionaron veinte (20), para finalmente editar cinco (5).
Algunas de las características adicionales buscadas en estas fotografías fueron:

Dialogo íntimo con el espacio.

Realizar una primera serie fotográfica con la máscara y sin la máscara puesta.

Buscar otro tipo de posibilidades plásticas en el uso de dispositivos como la cámara, el trípode y la iluminación del espacio para obtener una fotografía, acorde al espíritu melancólico de la ciudad.

A las series fotográficas obtenidas dentro del proyecto, (Ver imagen 16) posteriormente se le adicionaron otro número considerable de elementos visuales en el proceso de postproducción. La premisa fundamental en este momento no era solo acentuar la imagen, filtrarla o adornarla; en realidad se buscó mediante el ordenador acercar dentro de lo posible el lenguaje fotográfico del autor a sus intereses pictóricos.

Dentro de este proceso experimental con la fotografía digital. Se busco mediante un entramado físico de carácter gráfico, integrar al personaje con el espacio que habitaba, borrando el límite entre sujeto presentado y representado. El Milton del Virresches se fundió con el espacio circundante y Milton el autor asumió totalmente su accionar físico dentro de la imagen.

Ya para este instante, el límite entre los dos Milton, el real y el imaginado no existe. No hay una diferencia sustancial entre los dos. Cuando el autor asume con naturalidad al personaje y pierde el miedo a ser el sujeto presentado en la imagen, la máscara abandona una de sus consignas bases pasando ha ser simplemente un objeto complementario del discurso.

La imagen numerada para este texto (Ver imagen 17).ofrece un detalle, un acercamiento a aquello que el autor a definido como trama fotográfica, es una añoranza de su pasado pictórico y una necesidad de apropiación del lenguaje técnico de los medios en su fotografía. Este tipo de herramientas aplicadas como parte esencial del dispositivo logran traducir óptimamente la necesidad plástica del autor.

Imagen 16


Imagen 16


Imagen 16


Imagen 17


Imagen 17


Detalle


Detalle


El carácter grafico adicionado a la fotografía. Inspirado en la trama que se observa en los carteles de publicidad y de los afiches que empapelan la ciudad, no es solo maquillaje o un simple filtro del ordenador. Es un acercamiento, es la forma de mimetizar o emparentar sus imágenes con la calle. Para el autor esta claro que maquillar la imagen dentro de su discurso es fundamental, pero en este caso en realidad se trataba de otorgarle a la fotografía una unidad mínima más profunda, un entramado que como fue mencionado anteriormente borrara el limite entre el personaje y el espacio.

La necesidad de fundir el personaje con el espacio interno y externo de la ciudad, va relacionado con el proyecto pero no es directamente funcional con el carácter de los volantes publicitarios, por que al imprimirse en este tipo de formatos o materiales, los detalles se transforman ofreciendo otro tipo de lecturas.

Este tipo de situación atmosférica sobre la fotografía se dirige a la doble funcionalidad que poseen las imágenes del proyecto, la función de dialogar no solo en un espacio no convencional y de carácter masivo como la calle. Dichas incursiones gráficas están dirigidas a pensar también las imágenes como obras que pueden mutar en sus formatos, piezas que se puedan instalar en un espacio museográfico en donde su carácter mestizo de obra fotográfica, puedan entablar otro tipo de diálogo con el espectador.

Al poder entender este tipo de dispositivos plásticos en función de la imagen y como ellos entran en juego para crear un discurso personal en la obra del autor, este se empieza a encaminar de forma positiva y progresiva, entendiendo algunos rasgos formales de su accionar estético y de la inclusión de la tecnología dentro del mismo. Ese conjunto de dispositivos le permitirán encontrar la entrada a próximos proyectos, teniendo cada vez más claro desde donde se articulan sus ideas y como esta funcionando totalmente su obra.

CONCLUCIONES

Es fundamental reconocer en el texto anterior el primer paso dado por el autor, el reconocimiento del terreno que ha decidido transitar y del espacio conceptual que empieza a ser suyo; esto no es una garantía de continuidad lineal por una senda, pero si es la entrada a reconocer su obra como apéndice del entramado, complejo y basto mundo del contexto histórico: la filiación y la inscripción en las cuales se encuentra incrustada la propuesta que ejecuta.

Es un inicio, es solo el punto de partida, sería pretencioso creer que con un primer ejercicio se haya logrado establecer un discurso propio o autónomo, pero si es importante destacar la nueva mirada adquirida. Dentro de este proceso de reconocimiento tiempo-espacial el autor inclinó su esfuerzo a generar una obra totalmente autorreferencial, matizada por sus inquietudes, sobre el impacto constante que ejerce la intrusión de nuevas miradas dentro de un espacio urbano.

En esta medida no se cumplió uno de los objetivos planteados al inicio del proyecto, pero esto no indica que se haya abandonado la causa o la exploración dirigida sobre el complejo e inagotable espectro al cual pertenece la cultura popular urbana latinoamericana. Al respecto es prioritario reconocer que el autor ha logrado empezar ha reconocerse como parte esencial de ella. Es evidente también que él no busca ser un investigador o teórico de este fenómeno: El esta dirigiendo todo su esfuerzo en plantear un discurso artístico que reconozca plásticamente de donde es originario.

Con la ejecución de las series fotográficas, en las cuales fue protagonista el autor, él se reconoce no solo como un Colombiano con una máscara Mexicana parado en suelo Argentino, este accionar lúdico al que no llegó gratuitamente, pero del cual procuró tomar ventaja plástica para obtener las imágenes resultado de este proceso. Este es un ejemplo de cómo los artistas latinoamericanos redescubren su casa e inician una migración hacia dentro, encontrando respuestas estéticas propias en el patio trasero de su casa.

La propuesta artística combinada fue el cierre de un primer capítulo, con la aparente muerte del personaje se contempló empezar a involucrar más directamente al autor como parte esencial de su obra. En definitiva, un primer gran saltó para este, no solo en el reconocimiento filial, sino también en una maduración plástica.

El discurso plástico generado a partir de la experiencia personal, desarrolló unas implicaciones sociales, ligadas exclusivamente a la reflexión plástica en donde el autor, como productor de imágenes mestizas, se responsabilizó de su accionar y de dar cuenta de algunos sutiles cambios que se manifiestan en la urbe latinoamericana.

Las obras producidas durante este proyecto son el resultado de la utilización de diversos medios para la obtención de la imagen, son el efecto de múltiples ejercicios del tratamiento de la imagen y de la recolección de ideas. En su totalidad son el resultado del aprovechamiento de los medios y el entendimiento de las tecnologías para la producción pictórica que el autor tenía a su alcance.

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