martes, 16 de diciembre de 2008

Independiente de la calidad técnica de la toma, que en definitiva no fue el eje o lo primordial del la serie fotográfica, el autor deseaba mover algo, encontrar eso que produjera un choque en el espectador, que lo sacara de si por cinco segundos extrayéndolo de su comodidad. En conclusión a esto podría decir que en realidad lo que perturbo al espectador haciéndolo reaccionar de esta manera, fue enseñarle un retrato de aquello que está sucediendo a la vuelta de la esquina, o en frente de su casa.

La reacción del espectador hacia la imagen nada tenia que ver ni con la mujer, ni con el fotógrafo, su actitud se dirigió directamente a lo que ésta le hizo sentir en ese instante.

Retomando el tema y teniendo más o menos claro el origen del parentesco, con respecto al camp en este proyecto, se podría decir que el camp en Latinoamérica es semejante al camp norteamericano, al de " Susan Sontag”[6], pero en esencia y en finalidad esta dirigido por otro camino. En Latinoamérica es un mestizo emparentado más cercanamente al kitsch, está ligado directamente a una melancólica necesidad de enmascarar territorios y realidades identitarias, que son expuestas en imágenes saturadas de ironía, burla, critica y reflexión solapada de todo aquello que se encuentra constituyendo nuestra realidad.

En las próximas líneas se continuarán haciendo aproximaciones teóricas sobre este concepto, con base en imágenes de Marcos López, quien es el fotógrafo seleccionado como filial principal de esta propuesta, por considerarlo el representante argentino más relevante del suramerican-camp.

En las fotografías de Marcos López existen múltiples acercamientos a las raíces originales del concepto, pero sin embargo los frutos o el sabor final que ostenta la imagen es otro. La burla, el cinismo, la autocritica están directamente constituidos en la imagen de otra manera. Sin buscar ser ofensivo y con todo el ánimo de aprovechar la oportunidad, se podría afirmar que el suramerican-camp es el buen hermano menor del norteamericano. La mayoría de los hermanos menores se nutren de la experiencia del mayor, de sus ventajas, pero al ser diferente está dirigido por otro camino, se desplaza a su ritmo, al son del espacio en el que habita, este reconoce su origen, no se avergüenza de quien es, pero si se acepta diferente. Este tipo de afirmación es visiblemente evidente en la obra de López, unos ejemplos de ello podrían ser las series: Sub-realismo criollo y Pop Latino.

6. Eco, Umberto. “Historia de la fealdad”. Trad. Carlos Gardini y María Pons Irazazabal. Editorial Lumen, S.A. España. 2007. Camp y Sexualidad. Pagina 412.

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